domingo, 31 de enero de 2010

Classic Alamode vol. 02

La semana pasada me pasé por la segunda edición del Classic Alamode. Lo de "classic" sonaba curioso, asi que me dije "vamos a probar a ver qué tal resulta la fiesta".
Lo primero de todo era ponerse bien mona para la ocasión.

Lo más curioso de estas fiestas son sus horarios. Normalmente de 4-5 de la tarde hasta las 10 de la noche. A mi me cuesta mantenerme despierta por la noche, así que se agradece -en realidad desde que tengo acceso a las bebidas energéticas de aquí no me cuesta tanto. Acojona de lo efectivas que son-.

El flyer de la fiesta. Por si alguien no se creía lo del horario.

Me encanta que hagan estas fiestas en Ikebukuro, que me pilla cerquita.
Bueno, a lo que íbamos, la fiesta. En sí muy fiesta que digamos no era... normalmente consisten en actuación, sesión de dj para bailar un rato, performance raro, sesión de dj para bailar un rato, concierto, sesión de dj para bailar un rato... esto ya lo he comentado haciendo la crónica de otra fiesta. En esta era más bien concierto, música muy tranquila y gente mirando puestos de accesorios, uñas postizas y muñecas más caras de lo que parecen, performance raro, música muy tranquila y gente mirando puestos de... se entiende.
Vamos a las actuaciones.

Ni idea de cómo se llamaba este grupo, pero por las túnicas de terciopelo cutrecillo parecía que habían conseguido un kit de principiante para gótico.

Microscope.

No sabía que Dj Lim cantaba en un grupo, así que me llevé una sorpresa cuando la ví salir. Si Pudding Alamode me parecen tediosas este grupo lo es todavía más. Al menos tenían a una persona que toca el serrucho de carpintero -literalmente-. Eso mola.

No... hacer... comentario... sobre las lolitas... no... hacer...

Iruma Ryoka
. Qué comentar... esta mujer desafinaba horriblemente al principio hasta que se centró y comenzó a tocar el piano. Entonces pude dejar de mirar fijamente ese lazo gigantesco que intentaba comerse su cabeza.

Los siguientes fueron Mont*Sucht. Qué decir de ellos, cada vez tienen un performance distinto y no dejan a nadie indiferente. Es un rollo así mezcla de teatro, baile y acojonar al público. Me gustó más el vestuario que trajeron esta vez que el de la anterior.

En pleno bailoteo.

Cerca del escenario había unas barras, así como las de los clubs de striptease, con unos papelitos pegados.

¡Anda! ¡Si ese palo se llama como mi abuela!

Dichas barras eran para la actuación de Tokyo Dolores, que vinieron a continuación. Con lo que se movían no había forma de hacerles una foto en condiciones con el móvil, pero hice lo que pude. La actuación era baile y "pole-dancing", con un aire muy cirquense. Una pasada lo que hacían en la barra, la verdad, impresiona mucho verlo en vivo.


Los siguientes fueron Rose Noire -anda que se han estrujado la cabeza para el nombre-. La banda me resultó entrañable, cuando hablaban entre canción y canción se dedicaban a decir al público que tuviéramos cuidado ahora en invierno, que uno de ellos se había resfriado y que nos cuidáramos para no resfriarnos nosotros también.

En estas ocasiones saber suficiente japonés para entender de qué se ríen los demás no tiene precio.

Seileen.

No deja de llamarme la atención que el -sí, el- cantante de Seileen sea mi casi-tocayo -su nombre artístico es casi mi nombre de verdad-.

GPKISM.

Este grupo es de Australia, y se ve que son bastante populares por el mundillo underground de aquí. Cuando iba a empezar el concierto la chica con la que estaba hablando me preguntó "¿crees que quien canta es chico o chica?". Le miré, vi la cara machorra bajo mucho maquillaje y automáticamente respondí "eso es un tío". En las fotos no lo parecía tanto, anda que no mola el Photoshop.
Lo mejor estaba por llegar. A mitad de concierto anunciaron que iban a hacer una gira en pareja amorosa con Seileen, y mi casi-tocayo salió a cantar con ellos un rato.

La verdad es que hacen buena pareja.

Y para acabar, Legend of Europa -en serio-. Antes vi a uno de ellos enfundado en una especie de armadura a lo serie sentai -así rollo power rangers, para quien desconozca la palabra- pululando por la fiesta y pensaba que no era de los que iban a actuar. Pues sí que lo era, sí.

No me estaban llamando demasiado la atención, así que no les vi mucho.
A la vuelta, aunque no suene emocionante ni nada, me fui a comprar plátanos al convini de al lado de la estación, que se me habían acabado. Me encanta poder ir a comprar plátanos todavía con la peluca puesta y que la dependienta ni pestañee.

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