The Lockup

The Lockup es un izakaya o pub japonés temático, ambientado en una cárcel del terror, por explicarlo así rápido. A mi es un sitio que me gusta especialmente por varios motivos, siendo uno de ellos que la primera vez que quedé con Kazuki fuimos a este lugar. Eso sí, ir no es que vaya muy a menudo, porque es más bien caro.
El caso es que un día que fuimos a Oomiya pensamos en ir a alguno de los izakaya temáticos de la zona, y tras echarlo a cara o cruz entre Arabian Rock y The Lockup, salió ganando el segundo. La moneda atinó con la decisión, pues por ser el aniversario al pagar podías intentar lanzando dos dados ganar un descuento de 50% para la próxima vez. Había que sacar un 6 y un 9 con los dados, y curiosamente, aunque solo se podían lanzar una vez, me salieron a la primera. Había que usarlo antes de que acabara Julio, así que volvimos, pero esta vez al de Ikebukuro.

Este es el aspecto que tiene la entrada.


Aunque hay varios Lockup repartidos entre Tokyo y Saitama -vale, en Saitama solo hay uno-, cada uno tiene una entrada ligeramente distina. En esta, tras adentrarte tienes que atravesar un laberinto hasta llegar a la entrada de verdad, donde una señorita vestida de carcelera cachonda, que habla demasiado rápido para mi nivel de comprensión de japonés, normalmente esposa a uno de los clientes -siempre me toca a mí-, y les conduce hasta su mesa.

Los camareros suelen ir vestidos de presos, científicos locos, o, como comentaba antes, carceleras cachondas. Luego de vez en cuando apagan las luces y suena una sirena, que es el momento en el que los monstruos se escapan de sus celdas y se van a asustar a los clientes.
El menú también es cuanto menos curioso. Por ejemplo, tenemos el "Ojo de replicante".


Como dato curioso, el camarero le echa "colirio" al ojo cuando te lo sirve. Una vez te bebes esto, te puedes comer el ojo, que está hecho de gelatina.

A continuación tenemos... em... no recuerdo el nombre, pero sabía a Coca Cola sin gas y echaba humillo.


Una cosa que me hace bastante gracia es que tienen varios platos de ruleta rusa. Es decir, una pieza lleva mucho picante, y el que se la come pierde. Esta vez probamos con takoyaki. Normalmente la pieza picante suele llevar wasabi dentro, pero esta vez se pusieron burros y decidieron rebozar uno de los takoyaki en tabasco. Me tocó a mi -normalmente tengo suerte para estas cosas, pero no ese día-. Las encías me estuvieron ardiendo bastante rato, pero a veces se gana y a veces se pierde.


Como postre probamos las píldoras.

La pastilla verde te hará olvidarlo todo, y la amarilla te mostrará la verdad.

Estas pildoritas están rellenas de alcoholazo a palo seco. Es un curioso modo de tomarse un chupito.

Y eso es todo.