domingo, 31 de marzo de 2013

Meijiro

Meijiro es la mascota de la universidad Meiji. El nombre viene de una combinación de -evidentemente- el nombre de la universidad y la palabra fukurô, que significa buho. Como siempre, se han roto la cabeza para buscarle un nombre.
El caso es que me parece mono, así que le hice una foto a este cartel en el que sale saliendo de la estación de Ochanomizu, donde se encuentran una de las facultades de esta universidad.


lunes, 25 de marzo de 2013

Mameversario

El año pasado Mameshiba celebraron su 5º aniversario. Pensaba que harían algo para celebrarlo, pero lo único que hicieron fue este vídeo entrañable en el que por fín se descubre el sexo de Edamameshiba y Kuromameshiba.



Pensaba que nunca llegó a salir ningún tipo de merchandising relacionado, pero me equivoqué, y un día andando por Akabane Kazuki y yo nos encontramos un gachapon con muñequitos del 5º Mameversario. ¡Mameshibas de traje! Me faltó tiempo para meter 200 yens en la máquina, y Chilimameshiba salió.

¡Amigo! ¿Amigo?

En el Gachapon había una foto de las posibles Mameshiba que te podían salir, y extrañamente estaba mi favorita -bueno, favorito ahora que se que son judías macho-, ¡Mungumameshiba! El caso es que nos picamos hasta que salió, y acabamos con una familia de Mameshibas con traje y pajarita.

Mungumame es una buena definición de la palabra "kimokawaii".
Pobre Mungumameshiba, es el único cuyo traje tiene remiendos.

viernes, 22 de marzo de 2013

Hay que salir guapa en los purikuras

Estuve con la señorita Madness por Ikebukuro hace unas semanas, y aprovechamos para hacer purikura. Yo hacía años que no entraba a la planta de purikura de esos recreativos, así que me encontré con una sorpresa. Como hace muchísimo que no iba a hacer esto, no se si esto se ha vuelto habitual o es solo de este sitio de Ikebukuro en concreto, pero tienen una zona con planchas alisadoras y rizadoras en el pelo, para que la gente se pueda arreglar y salir más guapa en las fotos.
A mi me vino bien, me pude alisar el flequillo, que últimamente parece estar volviendo la humedad y mi flequillo se lleva muy mal con ella.



Este es el aspecto que suelo tener haciendo fotos para el blog, descojonada de risa porque sí.

En general, la mayoría de máquinas de purikura que hay ahora te difuminan la piel para disimular imperfecciones, te aclaran o oscurecen la piel si quieres, y te agigantan los ojos. Cuando tienes los ojos naturalmente grandes como los míos el efecto da bastante mal rollo, pero es gracioso. Si queréis evitar el efecto, el truco está en entrecerrar los ojos. Como una imagen vale más que mil palabras, un buen ejemplo es el resultado de ese día:


jueves, 21 de marzo de 2013

Barii san

Barii san, la mascota ganadora del Yurukyara Grand Prix de este año, se ha encontrado ocupada desde su coronación. Como pequeña aclaración, me refiero a Barii san en femenino, pero en realidad es una de tantas mascotas de género desconocido. No se, a mí se me antoja hembra.
Bueno, dejando de lado si Barii san es pollo o pollo hembra, el caso es que el otro día Kazuki compró mandarinas en el supermercado nuevo que han abierto relativamente cerca de casa -ya sabéis que yo calculo en función de lo que se tarda en bici-. Cuando iba a poner las mandarinas en el estante de los vegetales, la imagen de Barii san me hizo saber inmediatamente que provenían de la prefectura de Ehime.
Aunque las estoy llamando mandarinas, en realidad no son mandarinas.


 En Japón hay decenas de variedades de frutas que se parecen a una mandarina, así que para no liarme yo las meto todas en el mismo saco y a tomar por idem. Según la etiqueta esto es una fruta llamada harumi, que es, cito textualmente, "la hermana pequeña del dekopon con un sabor muy dulce". El dekopon es uno de esos cítricos híbridos que tan de moda están.
A mí me sabe a mandarina, qué quereis que os diga.


Barii san dice algo en dialecto pueblerino profundo de Ehime: "umainyaken. Tabetemiton". Significa "están muy buenas. Pruébalas".

lunes, 18 de marzo de 2013

La Torre de Tokyo vista desde Onarimon

La Torre de Tokyo iluminada por la noche siempre saca mi vena turista, aunque técnicamente no lo sea. Diría "mi vena fotógrafa", pero no considero yo que sacar fotos con el móvil cuente.
Aquí tenéis a la susodicha retratada desde Onarimon.


martes, 12 de marzo de 2013

Cal conoce a Ikubee

Estaba en la estación de Akihabara esperando a Kazuki cuando me encontré con Ikubee. ¿Y quién es, os preguntaréis algunos y algunas?
Ikubee es la mascota de turismo en Aomori. Al parecer es un hada de sexo indefinido con forma de letra A -al menos en las ilustraciones- y una flor en la cabeza. Su nombre significa "¡Vamos!" en dialecto de Aomori -se habla bastante paletillo por esa prefectura, para que nos entendamos-.
Como os imaginaréis, con lo que me gustan las mascotas -o yurukyara en japonés-, me faltó tiempo para ir a hacerle fotos. Es la primera vez que veo a Ikubee en vivo, y no sabía que se currara tanto sus apariciones en público. De hecho me he vuelto súper fan.

Ikubee en pleno salto.

También se puede volver tamaño bolsillo. O intentarlo.

Ignoradme, estoy abrazando algo grande y molón.

Es mucho mejor verlo en acción, así que también grabé un vídeo.

sábado, 9 de marzo de 2013

Makuhari y el mar

Estuve recientemente en Makuhari, en la prefectura de Chiba, por cuestiones de trabajo. En Chiba, aparte de los famosos cacahuetes de la región -o algo-, hay playa, y aunque hubiera querido ir a jugar con la arena y tal, no me pude acercar mucho, pero al menos pude hacer alguna foto. También coincidió con los primeros días de un clima un poco más primaveral -diría que "a pesar del viento", pero aquí los fuertes vientos son muy primaverales-, así que pude disfrutar del sol, el olor del mar y el sonido de las olas.


lunes, 4 de marzo de 2013

Otras formas de comer natto

Años ha comenté en este blog mi primera -y la que creía última- experiencia con el natto, ese alimento que tiene pinta de estar caducado, huele a caducado y sabe a caducado. El natto no te deja indiferente, o te encanta -os sorprendería la cantidad de gente, no solo japonesa, a la que le encanta- o lo odias. Bueno, luego está Kazuki, que no le apasiona pero si se lo tiene que comer puede hacerlo sin problemas.
Como en general la segunda cosa que me suele preguntar el 90% de japoneses -la primera es la edad, mi tema de conversación favorito- es si puedo comer natto, he tenido varias conversaciones con japoneses a los que tampoco les acababa de agradar sobre cómo esconder el sabor y hacerlo comestible.
Pues un día -hace unos meses, una que se deja fotos sin sacar de la cámara y se le va olvidando...- comiendo sushi se me ocurrió probar el natto maki -rollito de natto-. Pensé que lo mismo entre el arroz, el nori y rebozándolo en salsa de soja hasta que hubiera más soja que arroz podría ser comestible.

El interfecto.

Y... los primeros segundos dentro de mi boca no fueron tan mal. Básicamente solo sabía a salsa de soja. Entonces ocurrió lo que no tenía que ocurrir, se acabó el sabor de la salsa de soja y empezó el del natto. Respecto a cómo se logra hacer que algo tenga un sabor tan atroz, mi teoría es que dejan judías al sol durante varios meses sobre una pila de estiércol hasta que les sale la babilla característica, y entonces ya lo empaquetan y lo venden a los comercios de todo el archipiélago. Lo mismo por eso es tan barato.

sábado, 2 de marzo de 2013

Usagi café

Los neko café, o cafeterías en las que los clientes pueden tomarse algo mientras juegan con gatos, son mundialmente conocidas, pero a mí no me gustan los gatos, así que no tengo intención de pagar por entrar en un sitio de estos.
No solo de amantes de los mininos está lleno el mundo. Para gente que prefiere otros tipos de animales hay cafeterías con otras especies, como pájaros, reptiles, conejos, etc. Pues justo estuve en un usagi café -o cafetería de conejos- el otro día con Izumi y Oku-san.
El sitio está escondidillo en una zona de callejuelas pequeñas de Harajuku, y se llama Ra.a.g.f, que son las siglas de "Rabbit and grow fat". No voy a hacer comentarios acerca del nombre.

Si os encontráis este cartel callejeando por Harajuku, habéis llegado.

Ra.a.g.f se encuentra en el tercer piso -segundo piso en España- de un edificio. Nada más entrar ya se pueden ver decoraciones conejiles varias.


Pasada la entrada hay jaulas con conejitos dentro. Es la parte rollo tienda de mascotas, ya que se pueden comprar.



Por aquí ya te van dando la explicación de las normas del sitio, como no asustar a los conejos, no cogerles de las orejas, etc. Cosas de lógica, pero siempre hay gente burraca por este mundo. Un par de pasos más y cruzamos la valla que evita que los conejos que se encuentran dando saltitos por el local se escapen.
Es bastante acogedor, con moquetas y zabuton, mesas bajas y animalitos tiernos y adorables pegando botecitos entre los clientes.


Se paga por horas -1000 yens la hora-, y durante el tiempo que estés puedes pedir todas las bebidas que quieras -dentro del menú, claro. Es mayormente café y té-.

Yo misma incapaz de ocultar mi felicidad.

Hasta las tazas son monas.



La madre de los pequeñines quiere jugar conmigo.


Gracias, cosita mona y suavecita, por distraer la atención de mi nariz.


Si algún día os pasáis por allí, tened en cuenta que hay que ir con reserva, que el sitio es pequeñito.