sábado, 19 de octubre de 2013

Tras el tifón viene la calma

Últimamente nos han venido tifones uno detrás de otro, aunque te acostumbras. Curiosamente, siempre que hay algún tifón salen en la televisión de aquí imágenes de alguna zona inundada de Japón, o algún árbol derribado o algo así, pero en Saitama, quitando aquel tornado que hubo hace no mucho por el norte, rara vez ocurre nada. Viento fuerte, lluvia y ya.
Una colega mía que también vive en Saitama dice que eso se debe a que esta prefectura se encuentra protegida por un campo AT, y por eso nunca hay ningún desastre. Va a tener razón.

El caso es que la mañana del tifón más reciente, que pasó por la región de Kanto el 16 de octubre, yo tenía que ir a Odaiba. Cuando hay tifones suele haber retrasos en los trenes, así que me levanté por la mañana y puse la televisión para ver el estado de las líneas de ferrocarril. Para mi horror se encontraban casi todas interrumpidas -las que necesito yo para ir a Odaiba, todas fuera de servicio-. Afortunadamente, a eso de las 11:30 de la mañana empezaron a reanudar el servicio. Aún así fue complicado llegar, porque los trenes iban llenos a reventar de gente que había estado esperando, pero llegué a tiempo.

Tras la tormenta viene la calma, y una vez el tifón pasó de largo, así de bonito y despejado se quedó Odaiba.




Además de un cielo azul, me encontré con un Puccho gigante. He aquí el momento capturado en una foto.

Con el otoño vuelvo al flequillo.

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