sábado, 24 de septiembre de 2016

Cafe Gaene un año después

En esta entrada hablé de una cafetería de perros en Myeongdong llamada Cafe Gaene. Este año decidí repetir plan cumpleañero y ponerme hasta las orejas de pelo de perrín.

Tras asegurar que no llevábamos comida encima -siempre te lo preguntan al entrar-, pagar y pedir nuestra bebida, una croquetita arrugada ejerció su fuerza gravitacional en mí.

"Dame un besito". "No, pesada".

Enseguida se nos acercó Conan, el perro salchicha que no se quería mover de mi regazo el año pasado. Lo malo es que ha engordado bastante -la tripa casi le arrastraba por el suelo al andar, pobrecito-, así que me dolían las piernas al rato de que se hiciera una bolita encima de mí. Si hacías que se levantara para poder estirar las piernas volvía al poco y te ponía ojitos mientras te apoyaba las patitas en los muslos, se las sabe todas.

Usando el brazo de Kazuki de almohada.

Todos los perros seguían tan majetes y adorables como siempre.






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